Mi bella esposa y yo

Mi bella esposa y yo
Estamos embarazados

miércoles, 17 de octubre de 2007

La teología del banano por Juan Stam

Hace treinta años mi esposa Doris y yo vivimos en una finquita en Mata de Plátano de El Carmen (Guadalupe, Costa Rica). Parte de la finca, cerca de la casa, tiene facilidades para retiros de las iglesias. La otra parte, mucho más grande, es cafetal y plantación de bananos. Esa parte me toca a mí, y cuando pongo mis botas para salir a cosechar el grano rojo o andar revisando los bananos, siento una felicidad muy grande. Además, los bananos me han enseñado unas valiosas lecciones espirituales, que quisiera compartir en esta conversación.

Lo primero que me impresiona del vastago de banano es que da toda su vida para producir un sólo racimo de fruto. ¡Toda una vida, para un solo racimo! Una mata de banano concentra su ser entero en una sola causa: producir su racimo. Después de cosechar el fruto maduro (ojalá antes de que las ardillas lleguen a comérselo), no queda más que cortar el vástago y dejarlo para enriquecer el suelo.

¿No les parece eso una lección para nosotros? Tenemos una sola vida, sin oportunidad de repetir. Lo que vamos a hacer para el Señor, tenemos que hacerlo ahora, en esta vida mientras dure, porque después será demasiado tarde. Por eso debemos enfocar toda nuestra vida hacia una meta bien definida: cumplir la voluntad de Dios y producir buen fruto para su reino.

Los bananos nos enseñan también otra lección: ellos siempre se reproducen. Cuando tengo que cortar el vástago que ya dio su fruta, me doy cuenta que su tronco está rodeado de "hijas". No muere sin dejar atrás una nueva generación. Son estas "hijas" que van a continuar la labor de su "mamá" y mantendrá a la finca surtida de sabrosos bananos. De igual manera, nosotros como cristianos estamos llamados a reproducirnos, a sembrar en otras personas la vida que Cristo nos ha dado. El proyecto cristiano no es solitario sino comunitario; cada cristiano o cristiana debe ser como aquella mata rodeada de sus tiernas "hijas". Cristo nos ha llamado para que llevemos mucho fruto. Y a la hora de salir de este mundo, dejaremos la obra del Señor en manos bien preparadas para llevar adelante la causa del evangelio.

Otra cosa linda del banano, es que da su fruto en todo tiempo. No tiene "temporada", como, por ejemplo, el café o los nísperos. Para el banano, todo tiempo es tiempo de producción y servicio. ¿Tenemos nosotros como cristianos la misma constancia? Me parece que hay "cristianos de temporada", que a veces son y a veces no son. ¡Que aprendamos del banano!

El banano posee también otra gran virtud: a diferencia del mango o la naranja, el banano es muy fácil de pelar, muy fácil de comer y muy fácil de digerir, pero a la vez es muy nutritivo. Nos alimenta y ayuda mucho para la salud. Nuestro mensaje también debe ser accesible al receptor, "fácil de pelar", pero su contenido debe ser substancioso (con contenidos bíblicos) y alimenticio para la vida espiritual.

He observado otra cosas con los bananos: el vástago más grande y grueso no siempre da el racimo más abundante ni los bananos más sabrosos. A veces he visto algún vástago flaco y pequeño doblado por el peso de un enorme racimo, como también uno que casi toca el cielo pero su racimo más bien da tristeza. Lo que importa no es el tamaño del vástago sino la calidad del banano. El mundo moderno tiene una obsesión con el tamaño, una idolatría de lo grande y un culto al éxito visible. En Apocalipsis 2-3, todas las iglesias que llamaríamos "exitosas" (Éfeso, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Laodicea), para Cristo dejaban mucho que desear, y la más "exitosa" hasta le daba asco. Y las dos iglesias que Cristo aprueba con gozo, nosotros llamaríamos fracasados (la pobre Esmirna, la Filadelfia con poco poder). Podríamos decir que nosotros miramos al vástago pero Dios mira al racimo de fruto.

Una observación final: he notado que muchos vástagos de banano "mueren desde arriba". Me ha pasado muchas veces ver una planta, aparentemente en buen proceso de maduración, pero entonces cuando miro a sus hojas de más arriba, veo que están totalmente secas y muertas. La muerte comenzó arriba. Este es un peligro también para cristianos hoy, especialmente líderes, cuando "la muerte comienza arriba", en la vida pensante. San Pablo nos exhorta a superar esa "muerte cerebral" transformándonos diariamente "por medio de la renovación de nuestro entendimiento" (Rom 12:2). En esa vida de continua renovación en el Espíritu, el estudio siempre fresco y creativo de la Palabra de Dios debe ser la fuerza renovadora de nuestra vida espiritual y nuestro ministerio.

martes, 9 de octubre de 2007

¿QUÉ ES PRIMERO: EL HUEVO O LA GALLINA? por Emmanuel Fernández


Parece una pregunta estúpida y sin mayor relevancia para nuestras mentes adultas. ¿Quién se va a detener hoy - en un mundo que te da lo que produces (y a veces menos)- a pensar qué fue primero, si la gallina o el huevo? ¿Qué sentido tiene gastar si quiera una milésima de segundo en hacerse esta pregunta?... “que el huevo, que la gallina, qué ninguno de los dos”… da lo mismo.
Si cambiase la pregunta quizás podrás encontrarle el sentido que yo le encontré –obviamente por algo es el título de este escrito-. Cambiémosla por ¿Quién fue primero: Tu madre o tu?... uff, al parecer se vuelve interesante la cosa. Leamos un texto de la Biblia para desarrollar una idea que a mi parecer, resulta inteligente para nosotros hoy:


“Todas las cosas por él (Jesucristo) fueron hechas,
Y sin él nada de lo que ha sido hecho,
Fue hecho... Porque en él fueron creadas todas la cosas,
Las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
Visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios,
Sean principados, sean potestades; todo fue creado
Por medio de él y para él” (Sn Juan 1:3; Col. 1:16)


Una respuesta teológica para responder a las dos preguntas enunciadas sería: fue primero Dios; Jesucristo. Esto sin pedir ningún tipo de comodín, sino que sólo citando algunos pasajes de las Escrituras.
La inteligencia del ser humano, de la mano de los avances científicos han llegado a determinar que posiblemente (en teoría) todo nació de una gran explosión, y que todo lo que usted ve a su alrededor es fruto de acaso. Teoría con buenos argumentos en la ciencia, pero sigue siento teoría al fin.
En lo personal me aferro a la siguiente afirmación: Antes de que siquiera mis padres pensaren en mi concepción, YO Y USTED Y TODA LA HUMANIDAD ESTABA EN LA MENTE Y CORAZÓN DE DIOS!!!

¿Qué significa esto?

Unas de las mayores dificultades al entablar relaciones interpersonales es la comunicación. Yo no me explico que después de pasar tanto tiempo juntas, dos amigas que se llamaban entre si “amiguis”, “Pokemonas”, “Pelolais”… de un tiempo acá no se hablen. Algo pasó, falló la comunicación. Quizás a una de ellas se le olvidó contarle a la otra que tal chico era su pololo, o que aquél era su papá… no sé, pero el 99,9% de las rupturas entre amigos/as es a causa de una mala comunicación. Y qué decir de la relación padres/madres e hijos/as. Difícil se les hace a ciertos padres la comunicación con sus hijos debido a la rutina laboral que deben cumplir. No es menor el tema de la comunicación. ¿Le ha pasado a usted que siente a veces que nadie le entiende? Bueno, sepa que Dios sí le entiende, fuimos creados por él, y en él podemos llevar nuestras cargas.
Continuará…

miércoles, 3 de octubre de 2007

MARTÍN LUTERO Un acercamiento a su teología (Por. Emmanuel Fernández)


INTRODUCCION

¿Qué significa ser Evangélico? ¿Cuáles son nuestros fundamentos teológicos? ¿Dónde y a razón de qué comienza una iglesia llamada "protestante"? Trataremos de responder estas interrogantes que si no surgen, las sugerimos en nuestros contextos de iglesias reformadas.
¿Porqué es necesario este estudio? Yo creo que por varias razones. Sólo una para comenzar: Vivimos en un contexto socio-religioso light, esto significa que cada vez nos interesa menos nuestras raices, ya que lo que importa hoy no es lo que creo, sino lo que "siento" (como si se pudieran separar ambas). Esto lo he visto a lo largo de mi experiencia como profesor de religión y predicador de la palabra.
Es pertienente conocer nuestras raices teológicas. Les ofrezco esta introducción a la Teología de Luetro...

“¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso? A partir de esta pregunta y de la ansiedad subyacente, comenzó la reforma” (P.Tillich, Pensamiento cristiano y Cultura en Occidente, Cap. 5 “La teología de los reformadores”, pág. 245 .

Por el carácter sintético e introductorio de esta exposición, seguiremos la metodología del profesor Justo L. Gonzalez (La era de los reformadores, tomo 6 págs. 65 – 73.), y además observaciones del trabajo del profesor Poul Tillich.

1. LA PALABRA DE DIOS
Para Lutero, la palabra de Dios, es Dios mismo encarnado en Jesucristo. No son los libros de la Biblia por si mismos la palabra de Dios, sino en cuanto nos revelan el evangelio, son palabra de Dios.
La palabra de Dios y la acción de Dios son inseparables, ya que “el verbo se hizo carne”.
En este punto la novedad de Lutero radica en el cambio de plataforma para interpretar las Escrituras. No es la “Iglesia” romana la exclusiva intérprete de las Escrituras, sino todo aquél creyente que vea en ellas a Jesucristo y su evangelio.
Para Poul Tillich la palabra …



Principio Bíblico. P. Tillich


¿Qué es "palabra de Dios"?


· Todo aquello que en la Biblia traten de, concentran en o si apuntan hacia Cristo (Fórmula Luterana)
· Examen filológico (Critica Bíblica) e interpretación existencial (hermenéutica pastoral)


Existen 4 niveles de palabra de Dios


Palabra interior en Dios. Esta es oculta al hombre ya que está en el “corazón de Dios.
Palabra Visible. Este es Cristo (el verbo hecho carne), Dios habla en la historia.
Palabra hablada. Estas son las palabras de profetas, Jesús y los apóstoles. Es la palabra “Bíblica”.
Palabra predicada.

2. EL CONOCIMIENTO DE DIOS


En este punto vamos a exponer dos ideas.
La Primera dice relación a Lutero y sus contemporáneos, acerca de la mediación racional para alcanzar la comprensión de Dios. Sobre esto Lutero reconoce cierto grado de validez en cuanto a que el ser humano llega a conocer la existencia de Dios, al igual que el conocer el bien y el mal. A este acercamiento Lutero la llamará “Teología de la Gloria”. Para él este intento no es más que proyectar nuestra propia imagen de Dios sin considerar nuestra condición de pecadores.
La segunda dice relación a un acercamiento a Dios desde la Cruz. A este principio Lutero lo llamará “Teología de la Cruz”, que tiene como idea el ser interpelado por Dios, en cuanto a nuestras propias ideas preconcebidas de Él. Para Lutero el conocer a Dios es una dinámica de de-construcción (de nuestras propias ideas) y a la vez construcción de la imagen verdadera de Él desde el escándalo de la cruz.
Poul Tillich dice al respecto


LA IDEA DE DIOS


Dios es trascendente e inmanente a la vez y viceversa. A Dios no se le concibe como un ser estático que mira desde fuera el actuar humano, ya que es protagonista de “pé a pá” en la historia.

3. LA LEY Y EL EVANGELIO


Dios se revela en la ley y el evangelio, es decir, nos condena y nos gratifica.
El/la Cristiano/a es condenado/a y justificado a la vez.
Son dos caras de la misma moneda; la revelación de Dios en Jesucristo.
Si fuese solo evangelio, Dios no tomaría en cuenta el sacrificio de Jesucristo y a la vez, no se nos podría revelar el evangelio. La ley nos condena de sobremanera y en medio de esa condenación actúa el evangelio.


4. LA IGLESIA Y LOS SACRAMENTOS


Parte de la premisa de que somos todos Sacerdotes. Ve a la comunidad de creyentes como un organismo que interactúa en la gracia, y que se edifica mutuamente.
Lutero solo defiende los sacramentos instituidos por Jesucristo; el bautismo y la comunión.
a) Bautismo: Los niños e pueden bautizar porque es Dios el que toma la iniciativa en el nuevo pacto. El Bautismo viene a ser el contexto en el cual se mueve el creyente.
b) Comunión: en la comunión Jesucristo está presente en, con, bajo, alrededor de, y tras el vino y el pan. Apartándose así de la doctrina de la transubstanciación.
Rechazó: 1. Las misas privadas. 2. Comunión como repetición del sacrificio de Cristo. 3. Idea de que la misa confiere méritos, y la ya mencionada, 4. Doctrina de la transubstanciación.


5. LOS DOS REINOS


Existen Dos Reinos, uno que actúa desde la Ley, y otro desde el evangelio. Estos son:
El Estado: actúa bajo la Ley y su propósito es poner límites al pecado humano y castigarlo.
Los Creyentes: actúan desde el Evangelio.
Los creyentes no deben esperar que el Estado apoye su empresa. El creyente en cuanto es justificado por la fe sigue siendo pecador, por lo tanto está sujeto al Estado.
Esta idea no está clara en Lutero, ya que veremos hechos que comprometían una opinión clara respecto al tema Iglesia – Autoridades civiles.
Poul Tillich dice
Iglesia y Estado
Existen dos esferas del concepto “Iglesia”. Una es la iglesia invisible (espiritual) y la otra la iglesia visible (comunidades locales). La primera es la cualidad espiritual de la segunda. Es por esto que la visible tiene que ser constantemente consultada acerca de la primera, o si no, caeríamos en sectarismos.
El estado (autoridad) debe aceptarse tal como es, ya que no es posible una revolución. Existe en Lutero una aceptación de los acontecimientos como “dones del destino”.


CONCLUSIÓN


· Necesitamos hoy una relectura de las bases teológicas de la reforma para una identidad y misión de la Iglesia Cristiana hoy.
· Comparto plenamente la reflexión de Juan Stam en su ensayo sobre la teología de los reformadores cuando dice:

“Hay un fenómeno típico en los movimientos históricos, que consiste en que después de comenzar con la espontánea creatividad de una búsqueda dinámica, poco a poco se van institucionalizando hasta perder casi totalmente la flexibilidad de sus inicios y su original capacidad de sorprender. En muchos casos, este proceso termina en un estado senil de arteriosclerosis institucional”.
Teo. De la prosperidad, guerra espiritual, teo. Fundamentalistas, entre otras, son lo que ofrecen hoy la mayoría de las “iglesias cristianas”. Estudiar el tema que nos convoca no es otra cosa que examinar cuanto de “reformados” tenemos, y perder el miedo de volver a empezar (“ecclesia reformata semper reformanda”).


BIBLIOGRAFÍA


Justo Gonzales, “Y Hasta los último de la tierra”, (La era de los reformadores, Tomo 6 ).

P.Tillich, Pensamiento cristiano y Cultura en Occidente, Cap. 5 “La teología de los reformadores”.
http://www.lupaprotestante.es/juanstam

http://www.luteranos.cl/